lunes, 28 de noviembre de 2011

Las Taperas de Maldonado; circuito turistico para la imaginacion




Segunda parte:
"usamos algunas de las piedras para los cimientos de aquel galpon..." " ahh si ,algunas piedras las empleamos cuando levantamos el muro de aquella aguada..." " el patrón nos dijo que sacaramos piedras de alli.." esas y muchas frases más se repiten en todos los rincones de los campos e incluso la ciudad. A nadie le interesa conservar algo que les parece murió y son estorbos.Pero sin embargo fueron parte de la vida diaria de un lugar, contuvieron familias y marcaron un tiempo.Ojalá muchas de aquellas construcciones se hubiesen conservado, y hoy servirian para recrear nuestros ojos y espiritus,pero debemos conformarnos con imaginarlas.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Las Taperas de Maldonado: Circuito turistico para la imaginacion




1a. Parte:

Cuando distraídamente, casi que con insolencia y desprecio las llamamos “Taperas”, poco parece importar que estemos refiriéndonos a construcciones que seguramente en un tiempo supieron ser lugares de intensa actividad, y concentraron los anhelos y ambiciones de familias enteras.

Recorrer el campo, quizás para algunos puede resultar aburrido,limitándose a ver lo que se ve a simple vista, sin alcanzar a imaginar lo que allí pudo existir , lo que se vivió y los numerosos sueños que pudieron quedar enterrados.

Solo vamos a mostrar algunos ejemplos de los que llaman “taperas”, elegidas al azar, con las cuales nos hemos tropezado en este tiempo de búsqueda de vestigios de nuestra historia y que disfrutamos a cada momento. Ojalá les pudiera trasmitir la sensación que tenemos cuando encontramos alguna de ellas, nos vamos acercando y descubrimos sus rincones olvidados. Es algo indescriptible, mezcla de suspenso, misterio tristeza ,alegría, e imaginación .Todas en los alrededores de Pan de Azúcar, Uruguay.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Las Guardias y destacamentos Militares coloniales de Maldonado






El proceso de militarización del territorio de la Banda Oriental, comenzó luego de la Fundación de Montevideo y Colonia con la instalación de guardias o destacamentos militares en los lugares que permitía un control de contrabandistas, la presencia de indios y principalmente de portugueses que no renunciaban a obtener estas tierras.

Como un collar de perlas, fueron poco a poco apareciendo estas guardias que podía casi llamarlos como puestos fronterizos. Un número pequeño de soldados fueron destinados a cada una de ellas, pero acrecentados por milicianos y paisanos del lugar.

Su función era “ Correr el campo”, y provistos de caballadas permitían también aprovisionarse a las tropas que debían trasladarse de un punto a otro.-Su papel fue fundamental protegiendo a quienes se afianzaron en esas tierras una vez comenzado el reparto de campos.

A la guardia de Santa Lucía, le siguieron Pando, Mosquito, Solís Grande ,Pan de Azúcar, Maldonado, José Ignacio, Garzón, Castillos ,y finalmente de Guardia de Chuy.-

Maldonado tuvo presencia de Guardia desde 1750, aunque el pueblo de funda como tal en 1757.Para 1763 se podía contabilizar más de 900 soldaos en la villa, aunque los pobladores a final del siglo no superaran los 487 vecinos y el campo llegaban a 705. Claro que debían sumárseles 150 más entre esclavos y peones .Esta era la población existente en San Fernando al momento de las invasiones inglesas.

Los puestos de las guardias no eran más que chozas de madera y paja, adobe en el mejor de los casos y en algún lugar podían encontrarse construcciones principales en piedra. De todos ellos el más importante sin duda era la Guardia Vieja, con un total de 45 militares entre Dragones y Milicias, seguidas de las guardias de Arroyo Sauce, Pan de Azúcar y la Coronilla.

El papel que jugaron durante los siguientes episodios históricos fe importante. Sobre todo en las invasiones inglesas y portuguesas.

Hoy nada queda de aquel ramillete de enclaves militares, salvo algunos cimientos, olvidados y mal cuidados en la actualidad, a pesar de lo cual hemos intentado registrarlos y ubicarlos, pero solo algunos rastros han quedado.

Una pequeña muestra de lo hallado en estos meses agregamos a continuación:

martes, 15 de noviembre de 2011

Un valiente de Maldonado injustamente olvidado


Los vecinos de Maldonado demostraron un coraje sin límite al enfrentarse a las tropas del Imperio. Pero no solo aquellos fernandinos se destacaron por su valor.

En ocasión de la Reconquista de Buenos Aires, encabezada por Liniers, con las tropas y ayuda prestada desde Montevideo ,otro fernandino, que ya destellaba por su capacidad y aptitudes militares tendría un papel fundamental en la rendición de las tropas Inglesas. Convertido en uno de los hombres d confianza de Liniers, el coronel Hilarión de la Quintana, hijo del un militar español, sería responsable de obtener la capitulación británica. Su padre, comandante años antes del Cuartel de Dragones de Maldonado, era el responsable de la defensa de Buenos Aires al momento de las invasiones.

Pero el papel que desarrollarían uno y otra sería de destaque aunque en bandos opuestos. El padre en filas españolas mientras el joven Hilarión lo haría en las patriotas mas tarde, llegando a acompañar a Bernardo O Higgins en su campaña para independizar Chile.

En Buenos Aires el día de la reconquista cumplía tareas como ayudante de campo de Liniers. Bautista Raymond, un teniente de Mordeille, fue el primero en ver la bandera de parlamento, y el que le avisó a Liniers que con rapidez envió a Hilarión de la Quintana, para recibir la comunicación de Beresford. Este último citaría en su informe que "Un ayudante de campo del comandante enemigo se me presentó, pero sin embargo, debido la situación de las dos partes en lucha, era imposible impedir la continuación del fuego".

Liniers no podía controlar a sus propias tropas y era previsible que , dada lo volátil de la situación, cualquier desborde podía terminar en un baño de sangre innecesario. El momento crítico es detallado por el propio Liniers al Príncipe de la Paz Manuel Godoy "Habiendo visto entrar en el fuerte a don Hilarión de la Quintana con un tambor, se arrojaron sobre el rastrillo y orilla del foso, viéndome obligado con todos mis oficiales a usar de amenaza para contenerlos y hacerles ver que aún no estaba rendido el fuerte, que la bandera blanca podría ser para pedir una suspensión de armas, etcétera. Verdaderamente, si el general inglés hubiera sido de mala fe, pudo haberla arriado, despachando al ayudante y hacernos un destrozo horroroso, bien que nunca suficiente para quitarnos la victoria, aunque mucho más ensangrentada; pero lejos de tomar tan desesperada determinación, se avino a izar la bandera española".

De la Quintana, por su parte lo relata así :"Cuando llegué al Fuerte acompañado por un tambor de parlamento, un oficial inglés me presentó a su general .Le pregunté cuáles eran sus intenciones al solicitar el cese del fuego con una bandera de tregua, y agregué que mi general no aceptaría propuesta alguna que no fuera la entrega de las armas, al tiempo que garantizaba la vida y el respeto de las personas". (Lozzier Almazán aporta esta versión: "Habiendo llegado a la Fortaleza y entrado en ella con el tambor de parlamento, lo recibió un oficial inglés y lo condujo al lugar donde estaba el general Beresford" declara Hilarión de la Quintana, para comunicarle al general inglés "que tuviera entendido que su general no entraba por otro partido que el rendirse a discreción, con la calidad sólo de asegurarles las vidas y respetar sus personas; que el general inglés, sin manifestar repugnancia, se prestó llanamente a la propuesta y así, lo significó" ).
"Como sus soldados se mostraban temerosos de la vociferante turba que se acercaba al Fuerte, lo tranquilicé y nos encaminamos juntos al tope del muro que está encima de la entrada" continúa relatando, "Desde allí solicité a los soldados y al gentío que se retiraran a la espera de la llegada de Liniers, ya que el enemigo se sometía". Deseoso de destrabar esa situación, Beresford trepa a la muralla y se asomó para gritar "¡No mas fogo! ¡No mas fogo!" en portugués, mientras separaba a sus tropas de la muralla para que nadie se tentara a abrir fuego, en tanto intercambia algunas palabras con Mordeille que había llegado al foso del fuerte, preguntando si su vida corría peligro, a lo que el corsario francés respondió con que estaba a salvo si se rendía a discreción.

"Pero la multitud no se apaciguó y exigía la espada del general inglés. Éste desenvainó y me la ofreció dos veces. Me negué a aceptarla, diciéndole que debía entregársela al propio Liniers"continúa detallando de la Quintana "pero entretanto un oficial inglés que estaba a su lado la tomó y la arrojó hacia la multitud, con la intención, tal vez de calmarla". El oficial que cita de la Quintana es el capitán Robert William Patrick que arrojó la espada al foso. a pedido de Quintana quien desenrolló su faja, en cuya punta se ató la espada para ser retornada al inglés. "El capitán Hipólito Mordeille, que estaba al pie del muro, recogió la espada y se la devolvió al general Beresford," confirma de la Quintana "que insistió una vez más sin obtener mi aceptación" .
En ese momento la valentía e integridad del militar oriundo de Maldonado, se exhibe con claridad, Como aquellos intentos no apaciguaron a la multitud. "El capitán Quintana, ayudante del general Liniers, observando esta violación flagrante del honor, y después de haberse presentando en el fuerte para negociar las condiciones de rendición con algunos oficiales franceses y españoles, animosamente subió a las murallas y, abriéndose el chaleco y extendiendo ambos brazos en toda su longitud, parecía ofrecerse como víctima al furor desenfrenado de la plebe, y con gestos expresivos censuró su indisciplina con resultado instantáneo" escribe en su obra tan celebrada el capitán inglés Gillespie "Si vive, ese joven será un honor para su rey y su patria".

Pero aún así, con ese gesto , no logra someterse a las fuerzas atacantes .

"Pero la muchedumbre insistió en que debía izarse la bandera española en el Fuerte" cuenta de la Quintana "Traduje esa exigencia al general inglés, advirtiéndole que como la turba se mostraba indisciplinada, yo no podría controlarla". Quintana aseguró a Beresford que Liniers, como caballero, no tomaría ese gesto como una rendición. "El general aceptó" continúa Quintana “pero como no tenía la bandera a mano, el gentío descubrió una escondida por un marinero de la misma expedición, y el propio general Beresford dio la orden de que volvieran a izarla". Uno de los marineros del foso proporcionó la enseña española. La población de la plaza aplacó sus ánimos y se retiró, ocasión que fue aprovechada por Liniers para acercarse fuerte, . Beresford le entregó su espada, pero Liniers, en gesto caballeroso, lo rechazó.

Aquellos momentos tan trágicos e históricos, fueron reflejados en un cuadro pintado por el francés Charles Fouqueray, tela del año 1909, de 3,50 m por 2,50 m, en el Museo Histórico Nacional. En ella se observa, además de Liniers y Beresford, a Pueyrredón, Quintana, Gutiérrez de la Concha (a la derecha de Beresford), Raymond y Córdoba. Detrás de Beresford, está Dennis Pack, con el uniforme del regimiento 71 desgarrado y ensangrentados vendajes. Este último personaje será más que recordado por los colonienses, pues gobernó esa plaza, y ni que hablar por los porteños que sufrieron su acoso.

La Historia a veces no es justa con quienes llevan adelante gestas heroicas, y esta es una de las oportunidades en que hemos dejado olvidado un justo homenaje a tan ilustre militar, que creció en las calles del Maldonado colonial, y que nunca renegó de su origen.

Sobre él nos referiremos más adelante, y por supuesto tiene un lugar destacado en nuestra novela.

lunes, 7 de noviembre de 2011

GUERRA DE GUERRILLAS




Quizás unas de las primeras experiencias de guerra de guerrillas en estas tierras se vivieron con los episodios de las invasiones inglesas. Los invasores apenas pudieron mantenerse en Maldonado y sus alrededores pero fueron fuertemente atacados una y otra vez por cuerpos o partidas de españoles, criollos, indios y cuanto vecino quería oponerse al yugo inglés.

Mientras el Gobierno se establecía en el Cuartel de Maldonado ( llamado luego Cuartel de Dragones) en el Cerro Pelado el Capitán Paulino Pimienta encabezaba la resistencia armada impidiendo a los británicos aprovisionarse de carnes y demás elementos necesarios para subsistir. Los ataques sorpresivos causaban terror en las filas invasoras, sumado a la campaña que llevó delante de intimidación, mediante panfletos escritos en inglés y español invitando a los soldados ingleses a desertar. Una y otra estrategia dieron resultados porque como por cuenta gotas rápidamente los irlandeses, mayormente afines a los españoles por su credo religioso, comenzaron a abandonar las filas para integrarse al bando de los pobladores, optando en un futuro por el cambio de apellidos para borrar cualquier vestigio inglés.

En Pan de Azúcar el campamento de la resistencia recibía cada vez más adeptos, y lo que faltaban eran armas.

La Guardia Vieja de Pan de Azúcar fue colapsada por el número y debió instalarse en las márgenes del arroyo Sauce el campamento criollo. El teniente Coronel Santiago Allende, instalado desde los primeros días de noviembre como comandante de las partidas tenía a su cargo la tarea de arrinconar en Maldonado a los británicos. Contaba con la colaboración de destacados oficiales como José Rondeau, y el ayudante mayor de blandengues José Artigas. Todos ellos alternándose en sus funciones, mientras el Cerro Pan de Azúcar ocultaba sus actividades. El Virrey de Sobremonte impartía instrucciones a diario a su Comandante de confianza Allende. El Tres de diciembre se instala en Solís Grande donde organizará el sitio a Maldonado, Las Partidas a cargo de Juan José Moreno cuyo epicentro es el campamento de Pan de Azúcar cuenta con 623 hombres de los cuales Paulino Pimienta dispone de 100,Bernardo Suarez de 84,José Pérez 26,José Otero 41.Los soldados se distribuyen además en los siguientes rubros 28 en recolección de caballos,84 en destacamentos,42 en las caballadas,12 en las bueyadas,3 en el Cerro del Vigía,7 en cada uno de los lugares: cerro del consuelo, barra de Solís Grande, Chasqueros y custodias del Hospital, y 12 que se hallaban enfermos ,según informes de Moreno del 5 de diciembre desde Pan de Azúcar.

Paulino Pimienta será sin duda uno de los mas enconados enemigos de los británicos, y ser{ia llamado en el futuro a ocupar cargos relevantes de gobierno, sumado a su condición de hacendado y vecino destacado de Pan de Azúcar.

Ref. María Díaz de Guerra. - Historia de Maldonado. Tomo I. Intendencia Municipal de Maldonado año 1988 .pág. 199 y sig

Florencia Fajardo Terán. El niño chasque. Maldonado y las invasiones inglesas (1806-1807) Museo Didáctico Artiguista .Maldonado 1991-pag 38.

Horacio Arredondo. Brigadier de Ingenieros Bernardo Lecoq .Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay. Montevideo 1925- pag 266.