domingo, 25 de marzo de 2012

La vergonzosa huída de la Isla de las Ratas




Durante las invasiones inglesas se puso a prueba el valor y la preparación de las tropas españolas y por supuesto los criollos.
La historia recoge innumerables testimonios de acciones heroicas de quienes defendieron las posiciones encomendadas para su custodia.
La muerte de Mordeille a las puertas mismas de Montevideo, apenas pudieron penetrar por la Brecha los ingleses,es uno de los ejemplos, o la de Francisco Maciel durante la batalla del Cardal, por la zona actual de la Universidad.
Artigas defendió como pudo el Cordón, y Pascual Ruiz Huidobro, el Gobernador , en persona dirigió los combates desde la misma calle.
Las hubieron también egoístas, cobardes y hasta traidoras, como en el caso del capitán del Regimiento de infantería de Buenos Aires, José Piriz, a cargo de la Comandancia de la Isla de Ratas, frente al Puerto Montevideano, que ni bien presintió el peligro, puso a salvo su familia, silenciosamente y huyó con ella dejando abandonada la guarnición, que cayó en manos de los invasores de inmediato.
La Isla de las Ratas, un enclave que no le presta nadie la mayor importancia, la tenía sin embargo del punto de vista militar.
Vamos a agregar los planos de la fortificación allí existente, y seguramente cuando pasemos por la Rambla alguno recordaremos este episodio.

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